Slow travel o ¡viaja lento!, la nueva tendencia de los millennials. Se trata de viajar sin prisas, sin itinerario y, sin duda, ligera. Lo más trendy entre los millennials es vivir experiencias y de ahí la necesidad de unirse al slow travel.
Una filosofía que aboga por integrarse en el lugar de destino, comunicarse con sus habitantes y formar parte de sus costumbres. Conocer la Torre Eiffel es una gran idea pero qué tal recorrer los viejos barrios parisinos. Claro que debes visitar La Bodeguita del Medio en Cuba pero no te puedes perder una noche de rumba en medio de la calle en La Habana.
El primer ámbito en el que se centró el movimiento slow es la gastronomía, del fast food al slow food, alimentos de calidad, negocios locales, una comida en un lugar en que quizá no puedas hacer check in. Otra clave de la filosofía slow es la defensa de la diversidad en las costumbres, el folklore y, sin duda, la lengua.
No más paquetes all inclusive, se trata de la aventura, del mochilazo. El slow travel está más relacionado con la actitud que con el tiempo. Quizá tengas solo una semana para escaparte de la realidad pero serán los mejores 7 días de tu vida, desconectada de la tecnología y conectada a tu destino.
Así lo afirma “Carta a mí mismo cuando tenía 20 años”, un famoso texto que es también una lección de vida:
“…Come allá lo que nunca vas a comer acá. Lo caro y lo barato, lo verde y lo rojo, lo duro y lo espeso.
Exprime cada día y cada noche. Emborráchate al menos una vez en cada ciudad. Prueba todo aquello que no te mate en ese instante. Haz el ridículo. Enamórate por un par de días. Ama en otro idioma. Habla en lenguas. Toca la gloria…”. Así que ¡viaja más y viaja sin prisas!