Aunque es un método bastante antiguo, ya que se tienen registros de la musa de la belleza egipcia, Cleopatra, utilizando este método con láminas de oro colocadas sobre el rostro para suavizar y nutrir la piel. Pero esta vez, este viejo método es llevado a la modernidad, sorprendiendo a toda la comunidad de belleza en redes. Pero ¿realmente sirve?, y si lo hace ¿cómo funciona?
Este tipo de tratamiento con mascarillas hechas con oro se realiza mediante la adhesión temporal de delgadas láminas de oro sobre la piel, previamente tratada con productos específicos que permiten tanto el contacto directo como también la absorción de nutrientes. Son láminas ricas en numerosos minerales, su aplicación le da al cutis una luminosidad claramente visible. Puede utilizarse con diversos tipo de piel; no posee contraindicaciones, salvo reacciones alérgicas a los compuestos utilizados.
Las láminas de oro, además de dar brillo y luminosidad a la piel, también la reafirman, hacen una astringencia suave que la exfolia de células muertas y otras suciedades depositadas. Una vez que haya penetrado en el cuerpo, crearán una suerte de capa protectora que bloquea el ingreso de nuevas suciedades por los poros, protegiéndola y evitando el ingreso de suciedades.
También existe una contraparte en esta historia con las láminas de oro, pues sus detractores afirman que esta capa protectora invisible que bloquea el ingreso de contaminación a los poros de la piel, también impiden el libre paso de fluidos y sustancias hacia el exterior. Así, mayores estudios determinarán si este añoso tratamiento, con una mecánica novedosa, tiene efectos indeseados a largo plazo, mientras que quienes lo han usado en los últimos años afirman su efectividad y seguridad.