Hoy en día, gracias a los avances en la ciencia médica, los embarazos después de los 35 o 40 años son algo mucho más común de los que lo eran hace una década (Janet Jackson acaba de dar a luz a su primer hijo y tiene 50 años), pero es importante tener presente que la edad de la gestante siempre será un facto a considerar cuando se lleva seguimiento de un embarazo.
Según los estudios sobre el tema, a partir de los 35 años la fertilidad de una mujer decrece considerablemente, llegando a un punto que va del 65 al 70% de esterilidad. Esto también se ve reflejado en el deterioro cualitativo de la función ovárica, lo cual significa que el embrión tendrá problemas para implantarse correctamente en el útero materno, dando como resultado que la posibilidad de una aborto crezca. Entre los 40 y 45 años, la tasa de abortos llega hasta el 77,7%.
Los partos prematuros en embarazos después de los 40 también crece un poco, el 6,7% que sufren las madres menores de las cuatro décadas aumenta a 9,8% una vez que se supera esta edad. De igual forma los parto múltiples pasan del 1,9% al 4,3% al rebasar la barrera de los 40 años.
Problemas comunes en el embarazo como la hipertención arterial y la diabetes gestacional aumentan su frecuencia al doble en mujeres que rebasan los 40 años.