6 por ciento de las mujeres en México de entre 25 y 45 años de edad son consideradas mujeres alfa, asegura la especialista en coaching, Paola Richards.
Ser mujer alfa es ser independiente y estar empoderada. Trascender en los aspectos familiar, social, académico y laboral. El término “alfa” proviene del reino animal para clasificar tanto a hembras como a machos que predominan en el grupo.
De acuerdo a Tonya Reiman, la autora de The Body Language to Dating, es fácil identificar a una mujer alfa. Es líder natural (y altamente competitiva), en un grupo se hace cargo y colabora; son mujeres persistentes, independientes. Son generalmente atractivas, saben cómo sacarse provecho. Son claras, directas y sensatas. En una relación de pareja, no son posesivas (¡ojo aquí!).
Una mujer alfa es fuerte pero jamás pierde su feminidad. Sabe usar su condición de mujer a su favor y, más allá de luchar contra otras mujeres, defiende y lucha a favor de su género.
Hay mujeres alfa tanto en zonas urbanas como rurales, la mujer juega un papel trascendental en la sociedad, en cualquiera.
Y no es que resulte imperativo ser mujer alfa, es más una elección, una que ha dado resultados a muchas féminas alrededor del mundo. Si ubicas algún punto débil en tu vida, arréglalo. Una mujer alfa no nace, se hace.
Según la Nueva Guía para ser una Mujer Alfa de Blanca Castro, las 4 reglas más importante de una mujer alfa son mantener su independencia, nunca perseguir a un hombre, sentir pasión por sus actividades y proyectos pero, sobre todo, saberse valiosa.
Por supuesto que ser una mujer alfa no es cosa sencilla, en México, nos han enseñado que siendo mujeres podemos victimizarnos ante prácticamente cualquier situación, hemos aprendido a ser sumisas y es que arrastramos una historia machista de generaciones atrás. Sin embargo, claro que es posible romper el molde. Si en nuestro país hay ya 6 por ciento de mujeres alfa, ¿por qué no acrecentar el número?