La prueba de embarazo es una técnica qie busca determinar los signos hipotéticos que confirmen un embarazo.
Todas las pruebas de embarazo buscan detectar la hormona gonadotropina coriónica humana (HCG), también conocida como la hormona del embarazo. Ésta aparece en la sangre y en la orina de las mujeres embarazadas hasta 10 días después de la concepción.
Las células de la placenta producen esta hormona que ingresa por primera vez al torrente sanguíneo cuando el óvulo fecundado se implanta en el útero, aproximadamente unos días después de la fecundación.
Los resultados de estas pruebas de embarazo se obtienen rápidamente y garantizan entre un 97 y un 99% de acierto en el pronóstico.
La prueba consiste en colocar una gota de orina en una banda o tira química, que después de uno o dos minutos muestra el resultado.
Las pruebas de embarazo en orina sólo serán positivas cuando haya suficiente cantidad de HCG en la orina. Si apenas ha empezado el embarazo y el nivel de HCG está por debajo de 25-50 mlU/mL el resultado será negativo.
Si el resultado es positivo deberás acudir a tu médico, quien podrá confirmarlo por medio de un análisis de sangre y un examen pélvico.
¿Las pruebas de orina pueden fallar?
Aunque las pruebas de orina son bastante confiables, las pruebas de orina y los análisis de sangre pueden fallar en sus resultados en determinadas circunstancias.
Si la prueba casera se realiza muy cerca del comienzo del embarazo, puede que la prueba no detecte la hormona HCG debido a que los niveles de esta hormona son aún muy bajos, para dar un resultado positivo. Por lo que se recomienda repetirlo si se obtiene un resultado negativo pero se siguen dando síntomas de embarazo en la mujer. Para mayor fiabilidad, es recomendable realizar esta prueba al menos dos semanas después de la fecha de ovulación.