Si de por sí el periodo es incómodo para cada mujer: el síndrome premenstrual, el acné, la inflamación, los cólicos y los estados de ánimo del llanto a la histeria son el pan de cada mes. El cuidado para evitar el mal olor y accidentes con nuestra ropa interior y lo más importante, tener un mínimo de comodidad para esos insufribles días existen diversas opciones en el mercado. Desde las compresas hasta los prácticos tampones pasando por la alternativa copa menstrual.
En el caso de los tampones, se ha convertido en una práctica con fans y desertoras:
Entre las ventajas de su uso, muchas chicas lo prefieren por la libertad que brinda cuando por ejemplo, cuando la regla coincide con viajes o deportes como la natación, así las mujeres pueden sumergirse en la piscina y nadar sin ningún riesgo.
El tampón no se moja al interior porque queda muy bien ajustado en el canal vaginal. Además no te impide usar tangas y pantalones ajustados ya que el tampón es indetectable. Y por si fuera poco, el olor menstrual desaparece mientras se utilizan los tampones. En el tema higiénico, es una buena opción porque evita el contacto con la piel que rodea el área púbica.
Por qué no: Muchas chicas temen o consideran poco cómodo introducir el tampón en el canal vaginal y mantenerlo ahí, sobre todo si se trata de la primera vez. Y como no se puede saber con exactitud cuándo el tampón ha agotado su capacidad antes de sacarlo, pueden ocurrir esos desagradables accidente que pueden manchar nuestras prendas favoritas. Además, si se deja por mucho tiempo en el cuerpo (más de 4 horas), podemos sufrir por una afección llamada Síndrome de Shock Tóxico. ¡Nunca debemos dormir con un tampón puesto!
¿Has usado tampones? ¿Los recomendarías?