No tiene que ver nada con el amor pero algo es seguro, descubre por qué no cambiaría mi apellido al casarme.
Es inevitable imaginarte cómo sonaría tu nombre con el apellido de cada chico con el que sales, aunque no tengas planes de matrimonio es algo que no puedes evitar. Después de salir con varios chicos con todo tipo de apellidos, te das cuenta que nada se siente mejor que tu propio apellido.
Llegar a cierta edad y haber trabajado tanto durante tu vida para hacerte un nombre influye mucho en esta decisión, cuando logras escalar a un buen puesto corporativo o creas tu propia marca, este apellido es lo que te recuerda quién eres, de dónde vienes y hacia dónde vas. Los siguientes puntos explican a detalle esta decisión.
- No soy propiedad de nadie. En el siglo XIV las mujeres perdían todo su nombre y solo llegaban a ser esposa de “quien sea”. Para el siglo XV era la iglesia quien imponía que la esposa debería tener el mismo apellido ya que las mujeres no tenían derecho a propiedades, voto, o a cualquier cosa sin el respaldo de un hombre. Este tipo de decisión proviene de un trasfondo machista y no deseo ser parte de ello.
- No creo que debes compartir un apellido para ser familia. Si piensas en mamá o papá lo último en lo que piensas son sus nombres, solo sabes que los amas. Conozco personas cuyos padres no comparten el mismo apellido y esto no influye de ninguna manera en cómo se tratan, son una familia normal al igual que otras.
- Es mucho trabajo y papeleo por algo que no quiero hacer. No solo la parte legal es un gasto necesario, el papeleo y el tener que cambiar todas tus tarjetas y documentos de identificación es algo que debes hacer por tu cuenta. Tú presencia en redes sociales e Internet se verán afectados de igual manera. Todo esto es demasiado tedioso.
- Amo mi apellido. Estoy orgullosa no solo de mi familia quienes me ayudaron a salir adelante sino del nombre en el que he trabajado por tanto tiempo.
¿Tú qué opinas? ¿Consideras mantener tu apellido o lo cambiarías?