Consumir pescados y mariscos además de ser una fuente de proteínas que reducen el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, depresión y declive mental por la edad, esto de acuerdo a la nutrióloga del IMSS en el Estado de México, Monserrat Vallejo Vilchis.
Debido a los beneficios y al valor nutrimental que aportan es sumamente recomendable incluirlos en nuestra diaria por lo menos una vez a la semana y no solo en cuaresma como lo acostumbramos.
Durante la época de Cuaresma tradicionalmente las familias consumen muchos más pescados y mariscos que son las opciones más nutritivas para el organismo ya que son ricos en ácidos grasos, omega 3 y 6, los cuales favorecen al desarrollo cerebral, especialmente de niños y bebés.
Si le sumamos que aminoran los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares al regular la presión arterial y la frecuencia cardiaca, entre otros padecimientos pues se convierten en un alimento maravilloso.
Son una fuente importante de vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B12), y de las liposolubles A y D (sobre todo en pescados grasos), y ciertos minerales (fósforo, potasio, sodio, calcio, magnesio, hierro y yodo), en cantidades variables de acuerdo al pescado que se trate.
Las sardinas, por ejemplo, que son de los pescados que se comen con espinas aportan una cantidad de calcio extraordinaria, aproximadamente 400 miligramos por cada cien gramos; mariscos como las almejas proporcionan unos 128 por cada cien.
El contenido medio de calcio del resto de los pescados y mariscos ronda los 30 miligramos por cada cien gramos.
Lo único que te recomendamos es que si en esta época de Cuaresma consumes pescados y mariscos tomes tus precauciones de dónde los compras, fíjate que sean comercios establecidos que cuenten con las medidas higiénicas y de refrigeración.
Observa que tenga un buen color, la textura firme y que no tengan un mal olor.