De acuerdo con un informe publicado por The New England Journal of Medicine el 28 por ciento de los adultos en México padecía obesidad en el año 2015, lo que significa 11 puntos porcentuales arriba de las estimaciones de 1980.
Esta semana fue difundido este reporte que menciona que el 9.4 por ciento de los menores de edad mexicanos padecía obesidad en el año 2015, lo que significa que la tasa casi se duplicó respecto de 1980, cuando era de cinco por ciento.
Dentro de este estudio que ofrece una detallada estimación de las tasas de obesidad y sobrepeso de 195 países, precisó además que el 32.6 por ciento de las mexicanas son consideradas obesas, frente al 24.3 por ciento de los mexicanos.
En el año 2105, de acuerdo con el documento se consideraron obesos en el mundo un total de 107.7 millones de niños y 603.7 millones, lo que representa alrededor del 10 por ciento de la población mundial.
El estudio define obesidad como un índice de masa corporal de 30 unidades o mayor.
Por ejemplo, en Estados Unidos, 33 por ciento de los adultos son considerados obesos, así como 12.5 por ciento de los menores de edad.
La prevalencia de la obesidad se ha duplicado en más de 70 países y ha aumentado continuamente en la mayoría de las naciones desde el año 1980.
Aunque la prevalencia de la obesidad entre los niños ha sido menor que la de los adultos, en muchos países ha sido mayor la tasa de aumento de la obesidad infantil, como en el caso de México.
Entre los factores del aumento en la obesidad general en el mundo sobresalieron los cambios en el entorno alimentario, lo que significa mayor disponibilidad de alimentos densos en energía, junto con la comercialización intensa de dichos productos.
También se han considerado las menores oportunidades de actividad física que han seguido a la urbanización y otros cambios en el entorno.
Los investigadores han propuesto una serie de intervenciones para reducir la obesidad en la última década entre las que sobresalen la restricción de la publicidad de alimentos no saludables para los niños y la mejora de comidas escolares.
Además se han incrementado impuestos para reducir el consumo de alimentos poco saludables y proporcionar subsidios para aumentar la ingesta de alimentos saludables a fin de contrarrestar los incrementos en los índices de obesidad.
Sin embargo, la efectividad, la viabilidad de la implementación generalizada y la sostenibilidad de tales intervenciones deben ser evaluadas en diversos escenarios, enfatizó el documento.