A pesar de que la mortalidad de mujeres durante el embarazo o el parto se ha reducido casi a la mitad desde 1990, todavía mueren unas 33 mujeres cada hora, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un nuevo informe, la OMS señaló que estas muertes se deben a enfermedades que se pueden prevenir o tratar y que complican el embarazo, como la diabetes, el VIH, la malaria o la obstrucción del parto.
Todavía existe una gran brecha entre las tasas de mortalidad materna entre los países ricos y los pobres, destacando la necesidad de que las naciones con menos recursos inviertan más en el cuidado de la salud.
En 2013 perdieron la vida unas 289 mil mujeres, un 45 por ciento menos que en 1990, cuando fallecieron 523 mil, destacó el estudio.
Las hemorragias graves después del parto causan el 27 por ciento de las muertes; la tensión alta, el 14 por ciento; las infecciones, el 11 por ciento; las complicaciones de un aborto, el 8.0 por ciento; y las embolias, el 3.0 por ciento.
Los países con mayor riesgo de mortalidad materna son Chad y Somalia seguidos por India, Nigeria, República Democrática del Congo, Etiopía, Indonesia, Pakistán, Tanzania, Kenia, China y Uganda.
En cuanto a las madres jóvenes, el informe subrayó que “más de 15 millones de niñas de entre 15 y 19 años de edad dan a luz cada año, una de cada cinco, antes de cumplir los 18, y muchos de estos embarazos son el resultado de relaciones sexuales no consensuadas”.
Sobre este problema, la directora ejecutiva adjunta de las Naciones Unidas para la Población, Kate Gilmore, abogó por impulsar la inversión en investigación en el área de los anticonceptivos.
A pesar de los avances, la OMS observó que en los últimos 20 años ha habido muy poco progreso en la prevención de embarazos, abortos, muertes maternas, infecciones de transmisión sexual de los adolescentes y el VIH.
La OMS indicó que continúa habiendo importantes lagunas en la disponibilidad, la calidad, el acceso a la educación y los servicios integrales en sexualidad para jóvenes, especialmente en los países de bajos ingresos.