La mama o seno está compuesto de grasa, tejido conectivo y glandular. Cada mama tiene entre 10 y 20 secciones conocidas como lóbulos, que a su vez están divididos en secciones más pequeñas, los lobulillos. Los lobulillos contienen las glándulas productoras de leche que se activan en la lactancia. A través de los ductos la leche llega al pezón.
Los lobulillos y los ductos se encuentran en el estroma, un tejido adiposo en el que también se ubican los vasos sanguíneos y linfáticos, que van a los ganglios linfáticos. Estos ganglios son los responsables de protección frente a las bacterias, las células tumorales y otras sustancias nocivas.
De acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica, el cáncer de mama se origina cuando las células del epitelio glandular se reproducen en forma incontrolada y de manera muy rápida. Estas células cancerosas viajan a través de la sangre y los vasos linfáticos y llegan a otras partes del cuerpo, donde pueden adherirse a los órganos y formar la metástasis.
El cáncer de mama puede aparecer tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, más del 99 por ciento de los diagnósticos ocurre en mujeres.