El carbón activado tiene múltiples beneficios, como en el área médica o industrial, y los beneficios que trae a la piel no son la excepción. Entre las propiedades de este mineral está la de ser desintoxicante, es decir, limpia profundamente la piel debido a sus elementos activos.
También es desinfectante; una mascarilla de carbón activado ataca las bacterias y otros organismos que se acumulan en el cutis cuando no se cuida debidamente. Una piel aséptica tarda mucho más en envejecer. Además de esto, tiene la capacidad de reducir el tamaño de los poros, esto se debe a la propiedad depurativa del carbón que actúa contra los puntos negros de la nariz, por lo que resulta antiacné.
Por último, se disminuye el sebo que se deposita en el rostro, logrando una sensación de suavidad y tersura. Lo mejor de todo, es que no es necesario ir con un especialista en belleza, pues la mascarilla se puede hacer en casa.
Los ingredientes son: carbón activado, leche desnatada y gelatina sin sabor. Primero se debe poner la gelatina junto con la leche en un recipiente y calentar en el microondas por 15 segundos, esto es para que la mezcla tome una textura como de grenetina. Después se debe agregar el carbón activado y revolver hasta que se vea homogéneo. Aplicar en el rostro durante 20 minutos y remover todos los residuos con agua tibia.
Esta mascarilla no se debe aplicar más de dos veces por semana, porque puede ser contraproducente y resecar la piel.