Cada vez más personas están dejando de comer gluten porque aseguran que se sienten mal. El gluten corresponde al 80% de toda la proteína presente en el trigo, también se encuentra en la cebada, el centeno y en menor medida en la avena; y forma parte de muchos alimentos de consumo diario.
Aunque no se ha logrado mostrar científicamente que el gluten sea nocivo para la salud de quienes no sufren de la enfermedad celíaca. Con todo, cada vez hay más personas convencidas de que no comerlo les hace bien.
Mucha gente que se adhiere a la dieta sin gluten comienza a vigilar mucho más su alimentación y deja de comer productos procesados, lo que consecuentemente se traduce en una alimentación más saludable, pero no necesariamente tiene que ver con el gluten.
Para quien no sufre de intolerancia al gluten es probable que la clave para una mejor salud digestiva no radique precisamente en eliminarlo, pero sí en saber consumirlo mejor.
Se recomienda evitar los panes blancos. Los alimentos con harinas refinadas tienen mucho más gluten, azúcar, grasas trans y sodio.