Cuando estas en Cannes, entre más grande es siempre mejor. Los vestidos con grandes lazo negros están adornados con hendiduras hasta los muslos. Collares simples se convierten en piezas de 50 quilates de algo llamado Bulgari. Y las opciones de glamour, como peinados de salón por la noche o el trending de los labios, deben ser lo suficientemente audaz para soportar no sólo las luces intermitentes de focos de miles de megavatios, sino también a prueba del tiempo. Así que cuando alguien de la talla de la belleza de Lily Collins llegó a la Riviera francesa para promover su filme de drama/ciencia ficción Okja, se alistó con la estilista Jen Atkin para hacer mirarse como una estrella retro ganadora de premios.
“Going out with a bang”, fue el pie de foto de Atkin en Instagram, en referencia a su peinado para la ocasión. Y mientras que Collins, de 28 años, no es ajena a las transformaciones caprichosas de la alfombra roja en este año en la Met Gala, y parecía canalizar a una joven Louise Brooks con la ayuda de un bob negro de 1920 -esta tarde, la estrella convirtió su cabello negro hasta una muesca con una serie de explosiones en falso que trajo a la mente otra icónica actriz principal: Audrey Hepburn.
Para emular aún más Desayuno con diamantes la actriz, la forma natural de las cejas de Collins llevaba un poco de revestimiento negro, unos labios rojo cereza lacado y sombras de ojos rosa pálido para que coincida con su rubor. Con tan sólo unos días en el festival de cine, y la Palma de Oro en la mira, Collins roba totalmente la escena.