Por mucho tiempo se ha creído que las mujeres toleran más el dolor que los hombres, por lo menos es lo que nos han dicho y algunos estudios han tratado de demostrar, pero, ¿esto es verdad?.
La verdad es que el umbral del dolor es totalmente subjetivo, y en muchos casos, la tolerancia al mismo puede derivarse a muchos factores, entre los cuales se pueden nombrar: la genética y la educación.
“Más allá del mito de la resistencia al dolor de uno u otro sexo, creo que las propias verdades objetivas se podrían resumir en que las mujeres tienen más dolor pélvico, quizás en relación, entre otras cosas, a los problemas de los embarazos y partos; tienen dolor asociado a la menstruación; y hay mayor incidencia al dolor crónico en mujeres“, fue lo destacado por Alfonso Carregal, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española del Dolor.
Ha explicado que poco tiene que ver el sexo en la resistencia al dolor, pues las cuestiones genéticas son las que más influyen. El hecho del desarrollo correcto del sistema del dolor es muy importante. El mismo experto comenta que estas personas suelen morir de manera prematura al no saber defenderse de las agresiones continuas que sufre nuestro organismo.
“Por otro lado puede haber un factor genético que haga que alguno individuos tengan una respuesta exagerada a los estímulos dolorosos, y sean más propensas a desarrollar cuadros de dolor crónico después de lesiones que, de forma habitual no produce este problema en la mayoría de las personas“, sostiene el especialista.
El experto resalta la capacidad mental de los individuos como algo primordial para aguantar el dolor y no dejarse desbordar por las circunstancias que puedan rodear al individuo.
En los estudios realizados por el experto, ha mencionado que la resistencia al dolor es algo que se puede heredar, al convivir con este tipo de actitudes a los largo del crecimiento.
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