La sororidad y solidaridad

La sororidad y solidaridad

La sororidad y solidaridad son hermanas, casi siempre deben ir de la mano, pero, ¿siempre van juntas? La respuesta es no.

Quizá somos más solidarios, en algunos momentos muy estrictos, pero la sororidad siempre nos cuesta más.

La sororidad está más ligada a la empatía, el ser empático con la otra, con el otro. Respetar esas diferencias en las que logramos coincidir, sin embargo es un hecho que por más información —y también desinformación—que tenemos hoy en día, estamos muy lejanos a ser una sociedad empática, sorora y si acaso en algunas ocasiones somos solidarios.

¿Qué es la sororidad?

Justamente la hermana de la empatía. Sin embargo está más ligada a la hermandad entre dos mujeres o dos personas que coinciden con el género femenino. Basada siempre en el compromiso, ayuda mutua, comprensión y, repito, empatía.

¿Cómo logramos empatizar con alguien que quizá su sufrimiento, pesares, adversidades son tan diferentes a las mías? Pues justamente con la sororidad. Ese vínculo intrínseco, es decir, no ligado emocional ni mucho menos físico con la otra persona, pero que existe gracias a la complicidad de dos o más personas.

La sororidad implica la alianza colectiva pero también consciente, es decir, no puede ser superflua o sólo por momentos, sino que va más allá de un compromiso entre el feminismo y la sociedad tan machista en la vivimos y de las que todos somos —incluso sin desearlo—partícipes e incluso también hemos padecido esos machismos y micro machismos convencionales tan arraigados.

Por eso cuando dos mujeres ajenas entre sí se muestran sororas y solidarias, el vínculo de respeto y admiración casi inmediatamente crece y evoluciona. Todos hemos admirado a alguna mujer por su sororidad y/o empatía con ciertas causas donde se muestran actos de injusticia completamente comunes en Latinoamérica como las desapariciones de mujeres y los feminicidios.

La Sororidad y solidaridad

De la sororidad a la solidaridad

Sin embargo, la sororidad nos cuesta. Cuesta mucho sentirnos empáticas con otra mujer, incluso es una condición humana, es decir, no te sientas culpable, pero si puedes ser amable al respetar la historia de la otra persona que ha vivido experiencias diversas y, muy probable, alejadas de tu realidad.

La realidad de cada persona es, justo eso, individual y de cada persona. Pero eso no nos da derecho —aunque lo hacemos casi en automático—de descalificar a la otra porque piensa diferente a nosotras.

Y aquí hago una pausa, porque justamente la sororidad ha traído ese espacio para empatizar y solidarizarnos con la otra incluso siendo inmensamente diferentes. Por ejemplo, una mujer que ha sido abusada sexualmente requiere de toda la tribu para contenerla pero también para ayudarla y no enjuiciarla y vulnerarla mucho más.

De la sororidad a la solidaridad hay una unión implícita que es y siempre será el respeto. ¿Cómo puedo pedir o demandar respeto si no lo brindo? En lo mínimo, eh. Como mis gustos personales, repito, son eso: personales. No significa que a todas las personas les gustará lo mismo. No, por dicha hoy podemos elegir entre miles de millones de opciones.

¿Qué tan sorora eres?

Algunas preguntas muy básicas para saber si la sororidad es algo adoptado en nuestras vidas o no:

  • ¿Ridiculizas a otras mujeres? Es decir si las has expuesto.
  • ¿Te burlas del físico o experiencias de otras? E incluso si esas burlas pasaron al ‘doxeo‘ de otras mujeres, es decir las expusiste física o digitalmente.
  • ¿Coincides e inclusas comentas con expresiones machistas? Por ejemplo cuando un hombre se expresa de una mujer que es gorda, idiota, esto por decir lo menos.
  • ¿Violentas a otra/otras mujeres?

En la sororidad no hay matices, es decir eres o no eres sorora. La reeducación y deconstrucción depende solamente de cada una de nosotras, sin embargo, es preciso que en un mundo, en esta realidad donde la violencia doméstica pasó a, por ejemplo en México, matar por feminicidio a 10 mujeres por día.

Es urgente reaprender y pasar de ser lejanas e incipientemente solidarias a ser mujeres, personas e individuos más sororos.

La empatía es uno de los valores más buscados en Google pero menos profesados. Solo es un dato.

P.D. Este es un ejercicio de opinión, no de educación.