Ya se va acercando la Navidad; y, aunque nos choque pensar que es muy pronto para decorar todo de luces y Santa Clauses, ya vamos viendo los apartados rosas y los azules.
Ya va siendo momento de pensar en comprar regalos y para reflexionar sobre tus compras, especialmente si de niñez se trata.
Desde hace ya unos años, se han levantado numerosas campañas en contra de regalarle a las niñas muñequitas rosas, cocinitas, princesas, escobitas y el kit de enfermera, mientras que a los niños se les regalan piezas de construcción, coches, súper héroes (hombres súper poderosos) y el kit de doctor.
No alcanzo a recordar el post al completo, pero decía algo parecido a esto:
“¿Cómo elegir un juguete para un niño/niña?
¿Es importante saber el sexo tenga para utilizar el juguete?
- Si su respuesta es “SÍ”, no es un juguete para niños.
- Si su respuesta es “NO”, cualquier juguete es válido.”
Los expertos insisten en que si ayudamos a fortalecer los gustos de nuestros hijos, sean cuales sean, reforzaremos su autoestima y sus valores de igualdad.
Además, fomentaremos el juego sin exclusiones por género. Tanto pequeñas como pequeños no entienden de roles y programación de géneros, pero sí de la diversión, el entretenimiento y la creatividad.
Psicólogos y pedagogos coinciden en que los juguetes que compremos a nuestros hijos deben favorecer roles respetuosos con los géneros y estimular la cooperación igualitaria.
Asimismo, no deben encerrar al niño o a la niña en un determinado papel, supuestamente concordante con su sexo.
Es verdad que hemos crecido en un mundo que así nos fue dado, con muñecas y camiones, pero a cada momento corroboramos más que entre el azul y el rosa hay muchos otros colores en diversidad de género; pero sobre todo, seamos conscientes de que estamos determinando roles de género con nuestros regalos.