Un peculiar nuevo estudio indica que las expectativas de los pacientes pueden hacer una gran diferencia sobre cómo se sienten después de someterse a tratamiento para la migraña.
Investigadores de Boston reclutaron a 66 pacientes con migraña en un intento por cuantificar cuánto de su alivio provenía de un medicamento y cuánto se debió a lo que se llama el efecto placebo, el poder curativo de una creencia positiva.
Más de 450 dolores de cabeza después, informaron que es importante que los médicos elijan cuidadosamente lo que dicen a los pacientes acerca de un fármaco muy potente, pues el mensaje podría ayudar a mejorar sus beneficios, o disminuirlos.
Así es como trabaja. En primer lugar, los pacientes que sufren migrañas regulares acordaron renunciar a analgésicos por varias horas durante un ataque, y registrar sus síntomas para compararlos con dolores de cabeza posteriores.
Luego, por cada una de sus próximas seis migrañas, los pacientes recibieron una píldora diferente dentro de un sobre con un mensaje diferente. A veces se les dijo que era una medicina eficaz para la migraña llamada rizatriptán, un mensaje positivo. Otras veces se les dijo que era un placebo, una píldora falsa, lo que sugiere ningún beneficio. Y algunas otras veces se les dijo que la píldora podría ser cualquiera de las dos, un mensaje neutral.
A veces el mensaje del médico era cierto: se les decía que les dieron rizatriptán y realmente lo hicieron. A veces era falso, pues los investigadores habían cambiado en secreto las pastillas.
Combinar las posibilidades permitió a los investigadores desentrañar cómo el alivio del dolor de la misma persona difería de migraña a migraña a medida que sus expectativas cambiaban.
Por supuesto, el fármaco verdadero para la migraña funcionó mucho mejor que el placebo. Pero sorprendentemente, la gente que sabía que estaban tomando un placebo aun así reportó menos dolor que cuando habían dejado su migraña sin tratar, según los investigadores.
La sorpresa: los informes de alivio del dolor de los pacientes se incrementaron más del doble cuando les dijeron que el fármaco para la migraña era real que cuando les dijeron, falsamente, que se trataba de una píldora falsa, informó el equipo el miércoles en la revista Science Translational Medicine.
De hecho, las personas reportaron casi el mismo alivio del dolor cuando tomaron un placebo que ellos pensaban que era la medicina real que cuando tomaron el fármaco para la migraña creyendo que era falso.