Los "gastos hormiga" que acaban con tu quincena, ¡ojo!
Y es que resulta que las mujeres gastan 25% de su ingreso en cosas innecesarias, así que ojo, mucho ojo
Se trata de gastos “invisibles” que sin duda puedes exterminar. Desde pagos a meses hasta “caprichitos” que afectan tus finanzas sin que te des cuenta. ¡Aguas! La quincena se va como agua.
- Comer fuera de casa. Si a veces no tienes tiempo o ganas de cocinar, sí aplica (pero no diario). Haz cuentas de cuánto estás gastando al mes, mágicamente te llegará el aire de la rosa de Guadalupe (y ganas de cocinar).
- Comprar café. Prepara tu propio café y llévalo en un termo. Starbucks, Cielito Querido y Punta del Cielo son los enemigos a vencer. Tal vez no sea el nuevo S’Mores pero seguro te las arreglas con un riquísimo latte hecho en casa.
- Comprar agua embotellada. Lleva tu propia botella a todas partes. Es además una idea amigable con el medio ambiente.
- Meses “sin intereses”. Aunque algunas tiendas departamentales dividen el precio entre cierto número de pagos, los productos cuestan más que si se pagan de contado. En realidad, sí cubres los intereses.
- Objetos que duran menos que los pagos. Considera un solo desembolso, pues seguirás pagando mensualmente por un objeto que ya no utilizas.
- Pagar después de la fecha límite. Te cobras recargos aún si te retrasas solo un día. Aunque parezca una cantidad pequeña, no tendrías porqué perder ese dinero.
- Comisiones de tarjetas de crédito o débito. Por disponer de dinero en cajero automático, reposición de tarjeta y anualidad. Haz todas las preguntas y prepara un “colchón” para imprevistos.
- Aparatos que usan pilas. Evita las desechables. El gasto es mucho, la contaminación aún más. Utiliza baterías recargables, pues son más duraderas.
- Se te hizo tarde. Tomar taxi o recurrir a apps como Uber o Cabify cuando se te hace tarde o sientes flojera. Solo piensa en cuántas veces lo haces sin tener ese gasto considerado.Dinero es dinero (ya te sabes el resto…).
- Antojitos. No poder controlar tus “antojitos” también representa un gasto no planeado. Puede que sea pequeño pero lo importante es monitorear la frecuencia con que lo haces.
Tu quincena es (casi) sagrada, cuídala. ¡Mira aquí las frases inspiradas en la tan querida quincena!