Un lunar de bordes y color irregulares, podría ser indicativo de un melanoma, definido éste como la forma de cáncer de piel más agresiva, en la cual la exposición al sol así como los antecedentes familiares juegan un papel muy importante.
La experta en dermatología del Hospital General de Zona (HGZ) No.14 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Ana Rosa Alvarado Rivas, dijo que el primer síntoma es el cambio en la textura, tamaño y color de un lunar, sobre todo los lunares negros son los que más suelen asociarse a esta grave neoplasia.
Detalló que cuando un lunar empieza a cambiar de tamaño y de color, debe valorarse y atenderse de inmediato porque las células malignas que están creciendo en él, pueden penetrar a capas más profundas de la piel, invadiendo tejidos sanos y promoviendo así la diseminación de la enfermedad.
Destacó que aunque esta forma de cáncer se observa más bien en adultos debido al efecto acumulativo de la radiación solar, en el caso de antecedentes familiares de melanoma, éste puede aflorar a edades tempranas, inclusive en la adolescencia, entre los 14 y los 15 años.
Señaló que otro factor predisponente a desarrollar un melanoma es la exposición a químicos así como tener un sistema de defensas (inmunológico) bajo, como es el caso de quienes han sido trasplantados.
La especialista indicó que una particularidad de esta neoplasia es la aparición de lunares nuevos en áreas poco usuales, como sería en la palma de la mano o en la planta de los pies.