La aplicación de un impuesto del 20% a las bebidas gaseosas en Gran Bretaña podría reducir en unos 180.000 el número de adultos obesos, según un nuevo estudio.
Aunque esa cifra logra una modesta reducción del 1,3% en la tasa de obesidad, los científicos señalan que la reducción podría valer la pena en el Reino Unido, cuya población es de 63 millones de habitantes y es el país con más obesidad en Europa Occidental. Uno de cada cuatro británicos es obeso.
Investigadores de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Reading calcularon que un impuesto del 20% en las bebidas carbonatadas podría reducir las ventas en un 15% y que la gente compraría en cambio, bebidas como jugo de naranja, leche y de dieta.
Indicaron que el impuesto podría tener el mayor impacto sobre las personas menores de 30 años, que consumen más bebidas azucaradas que otras. El estudio, que fue realizado sin financiamiento, fue publicado el jueves en la revista BMJ.
Ese tipo de impuestos a las bebidas azucaradas han sido aplicados o considerados en otros lugares, inclusive en Francia, México, Noruega y Estados Unidos, pero análisis previos han hallado resultados mixtos en los hábitos de consumo de las personas.