Entre los meses de marzo y octubre que es cuando comienzan las lluvias y aumenta la temperatura, la población corre más riesgo de contraer diversas enfermedades intestinales y respiratorias, así como deshidratación y dermatitis, entre otras.
Este periodo es de precaución pues comienza la temporada de calor y con ello existe la posibilidad de realizar actividades al aire libre, deportivas y es necesario tomar medidas de prevención para evitar poner en riesgo nuestra salud, por lo tanto, tomar mucha agua y evitar comer en la calle. Esto evitará que los más pequeños de la casa sufran deshidratación a causa de enfermedades producidas por la exposición excesiva al sol y al ambiente, como la insolación, los calambres y el golpe de calor.
Debido a los cambios de temperatura algunos microorganismos pueden causar padecimiento que los virus, las bacterias y los hongos se reproduzcan con mayor rapidez, sobre todo en alimentos y por el contacto personal. Estas exposiciones crean mayor afluencia en pacientes por diarrea, amibiasis, influenza, fiebre tifoidea, donde los niños son los más vulnerables, después de los adultos mayores, y la causa principal son los cambios drásticos en la temperatura que provocan una serie infortunios.
Es importante cerciorar que los menores de edad tengan altas sus defensas, que coman sano y en casa; y que tomen algunas vitaminas para evitar que comiencen las enfermedades y reduce el riesgo de contraer infecciones gastrointestinales y respiratorias.
Para evitar cualquier padecimiento es importante vitaminar a los niños, aplicar bloqueador solar, hidratarlos, revisar el clima con anticipación y ponerles atención en cuanto a sus necesidades, estimular la síntesis de vitamina D, no ponerse la ropa húmeda y estar prevenidos para los cambios bruscos en la temperatura. Si por algún motivo tus hijos ya tienen un foco de infección o a penas inician con síntomas y malestares, acude al médico. Es mejor prevenir que lamentar.