Posiblemente hayas leído alguno de los libros de esta exitosa autora italiana, pero a ciencia cierta nadie sabe quién es la escritora que responde al nombre de Elena Ferrante. Ese nombre refiere, nada más, al seudónimo de la autora de al menos media docena de novelas.
Hay quienes sospechan que los escritores Domenico Starnone, Goffredo Fofi, o la traductora Anita Raja, quienes podrían ser esa “Elena”, pero para la novelista Brenda Lozano, Elena Ferrante no es más que la autora de una serie de libros, y le parece “un fenómeno muy interesante”.
“El culto a la persona quedó de lado y lo que realmente sobresalió y triunfó es la obra”, dijo la novelista en el conversatorio que sostuvo con la cantante Julieta Venegas en torno a una de las figuras más incomprensibles de la literatura, dentro del ciclo “Mujeres de letras”, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Más que un nombre, es la obra de una autora que se resguarda en el anonimato para no desaparecer. Su existencia está en las novelas “El amor molesto” (1992), “Los días del abandono” (2002), “La hija oscura” (2006), “La amiga estupenda” (2011), “Un mal nombre” (2012), “Las deudas del cuerpo” (2013) y “La niña perdida” (2014).
“La ausencia del autor tiene un efecto sobre la escritura que deseo seguir explorando”, dijo Ferrante en entrevista vía correo electrónico con el New York Times.
Ferrante también es autora del libro infantil “La muñeca olvidada” (2007), el libro de ensayo “La frantumaglia” (2003) y “Crónicas del desamor” (2012), el cual reúne sus tres primeras novelas.
Ante el enigma y las especulaciones, en 2016 la traductora napolitana Anita Raja alzó la voz y afirmó ser Elena Ferrante a través de una cuenta de Twitter que ya no existe.
Lo cierto es que si bien nadie sabe quién es, Elena Ferrante vive a través de una obra que habla por ella.