Después de traer el glamour gótico a La Croisette ayer para celebrar su nueva colección de joyas con Chopard, Rihanna ha optado por la paleta opuesta para la noche. En el Festival de Cine de Cannes se estrenó Okja, la chica mala abrazó a su chica femenina interior en un vestido blanco con capa de tafetán de seda y corpiño de Dior Haute Couture, transformando la alfombra roja en una sesión de práctica para dar un paseo por el pasillo.
La capa extra-larga prestó un sentido moderno de drama al look inusual de novia, mientras que también hizo lo mismo con el vestido sin tirantes encorsetado y ampón que no la hacía menos princesa junto con el glamour que eran las piezas de su colección de joyas con Chopard. Pero fueron sus matices futuristas -las gafas Andy Wolf Eyewear tipo Matrix, que hizo tendencia -y que fue lo que proporcionó el toque final a Rihanna.