¿Te pasa que eres disciplinada con la dieta y las horas de ejercicio, pero tu cuerpo parece no perder peso como debería? es muy probable que tu problema es que necesitas relajarte.
El estrés es malo en todos los aspectos de la vida, y el peso no es un excepción. Lo que sucede dentro de tu cuerpo cuando estás estresada es que el hipotálamo manda señales de alerta a las suprarrenales -un par de pequeños conos situados arriba de tus riñones-, que están encargadas de liberar hormonas con distintas funciones, entre ellas está el cortisol.
Esta hormona causa que aumente el nivel de azúcar en sangre y hace que la presión sanguínea crezca, esto con el propósito de que los músculos tengan más energía, ya que al sentirse estresado tu cuerpo asume que puede haber algún peligro contra el cual debes enfrentarte. Este mecanismo de defensa se creó para durar algunos minutos y ayudarnos a salir de problemas, pero cuando hay un exceso de cortisona en nuestro cuerpo, el metabolismo cambia y como consecuencia nuestro organismo comienza a almacenar grasa.
Es importante mencionar que cuando hablamos de estrés, no solo nos referimos a la angustia psicológica, sino al generado por actividad física excesiva, descanso insuficiente o un bajadas abrupta de azúcar. Por lo tanto, incluso la dieta y el ejercicio pueden ser causa de tu aumento de peso.
Las recomendaciones para bajar los niveles de cortisol son:
- Cuida tu dieta, no sólo la reduzcas. Come ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales, alimentos con triptófano como huevos y leche, aumenta el magnesio en tu dieta comiendo almendras, nueces, o avellanas.
- Evita tomar bebidas que alteren tu ánimo como el café, los refescos con cafeína y el alcohol. Tampoco consumas edulcorantes artificiales, como el aspartamo.
- Trata de dormir lo suficiente y practica actividades que te ayuden a relajarte con el yoga o la meditación. Por supuesto el sexo también cuenta como actividad relajante.