Pues sí, aparentemente papelito habla, y también paga. Quienes ingresar a educación superior son remunerados, en promedio, hasta 104 por ciento más que aquellos que solo cuentan con un título de preparatoria, según Forbes. Ese título sirve más que como cuadro decorativo.
Las carencias económicas y las creencias arraigadas están dando paso a la modernidad y a la educación. La tasa de matriculación de las personas de entre 18 y 24 años América Latina ascendió 43 por ciento, frente al 21 por ciento que se integraba a universidades en el año 2000, según el Banco Mundial.
Sin embargo, aún hay fuga de cerebros. México es el principal exportador de talento de América Latina, eso quiere decir que buena parte de los graduados salen del país para buscar empleos mejor remunerados, especialmente, en Estados Unidos. México aporta más que mano de obra al país del norte.
Aquí mismo, se gradúan más ingenieros que en Alemania, apunta la Americas Society/Concil of the Americas. Y aunque de cada diez ingenieros, solo dos mujeres, la participación femenina va in crescendo.
Y aún en medio de la crisi laboral que vive la región, los latinoamericanos con un título de educación superior son mucho mejor remunerados que los jóvenes que no lo tienen. México se sitúa en el lugar 12 de 18 países de la región, con una gratificación salarial 85 por ciento más elevada a los universitarios que a las personas con educación básica.
Y ¿qué estudian los mexicanos? 44.7 por ciento de ellos se concentra en estudios relacionados con las ciencias sociales, las leyes y los negocios; 21.3 en la ingeniería, manufactura y construcción; 12.5 por ciento en educación; 9.0 por ciento con salud y seguridad social; 5.5 por ciento se enfoca en la ciencia; 4.4 en humanidades y artes; 1.7 en la agricultura; y 0.7 por ciento en carreras de servicio.
De acuerdo al IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), las áreas mejor pagadas este 2017 son química, estadística, finanzas, banca y seguros, minería e ingeniería de vehículos. Casi en todos los casos, la oferta parece estar (muy) lejos de la demanda.