La toalla que utilizas todos los días está impregnada de esas bacterias, células muertas y otras partículas y gérmenes que ‘habitan’ en tu baño regularmente, aparte de absorber el agua y cuya humedad puede originar la generación de hongos, e incluso provocar que tenga mal olor.
Aunque la mayoría de estos microorganismos no te afectan, ya que la mayoría vienen de tu propio cuerpo, se pueden multiplicar rápidamente en la toalla que utilizas si no la lavas correctamente.
Las toallas para después de bañarse pueden usarse un máximo de tres veces, antes de tener que lavarla de nuevo, de acuerdo el microbiologo y patólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno. Sin embargo si la toalla tiene mal olor, debe ser lavada inmediatamente.
Las toallas deben secarse en un espacio abierto después de utilizarse o bien dejar la puerta abierta del baño o del lugar en donde se dejan las toallas mojadas, para que puedan quedar completamente secas.
Es necesario colocarla completamente estirada, si usas más de una para secarte no las apiles, lo mejor es tener suficiente espacio para extender cada una para que se seque por completo.
Para evitar malos olores, se deben lavar las toallas utilizando vinagre en lugar de suavizante, ya que éste elimina los olores y mantiene la capacidad absorbente de las toallas que se afecta por el uso de suavizante.