No hay nada como ir al gimnasio a liberar todo nuestro estrés, a renovar nuestra energía y liberar dopamina y endorfinas pues estas ejercitando los músculos de tu cuerpo, además de que te mantienes en forma. Pero ahora imagínate que durante la rutina de brazo, mientras haces abdominales, o un la serie de sentadillas, conviertas tu rutina de ejercicios en un templo para experimentar el coregasm.
Es cierto que a muchas de nosotras nos cuesta trabajo alcanzar el orgasmo, sin embargo, nosotras gozamos de un organismo capaz de alcanzar a la cúspide de distintas formas a comparación de los hombres.
El coregasm es la técnica que hace llegar al clímax o como a algunas mujeres les gusta llamar el orgasmo imprevisto mientras te ejercitas. Es la mejor manera de quemar calorías, mantenerse en forma y sentirnos contentas en cuanto a nuestra salud sexual se refiere. El coregasm ayuda a hacer más divertido el ejercicio y, a la vez, tener una vida sexual mucho más satisfactoria.
La clave de esta práctica está en tensar los músculos abdominales por un tiempo prolongado, ya que esto aumenta el flujo sanguíneo alrededor de la pelvis y de los nervios que rodean al clítoris. Todo esto aunado con el ejercicio previo, libera la dopamina y aumenta la sensación de placer que te hace llegar al orgasmo en plena rutina.
La sensación del coregasm es muy diferente a la del orgasmo vaginal, pero esto puede variar dependiendo de la percepción de cada mujer. El orgasmo al hacer ejercicio suele ser muy breve pero intenso y se contrae en la parte baja del abdomen. La tensión de los músculos en las piernas ayudan a aumentar la estimulación en el área genital, lo que incrementa la sensación de placer.
Esta experiencia la puedes llevar lejos del gimnasio apoyándote con los ejercicios de Kegel, pues son ideales para fortalecer la pared pélvica y controlar mejor la contracción de los músculos.