En muchas ocasiones, las trabajadoras optan por renunciar a un empleo que puede agradarles debido a la mala relación que llevan con sus jefes. Ésta puede ser causada por distintos factores, como que el ambiente laboral no es bueno para ninguno de los dos, que los empleados tampoco ponen de su parte o que, inevitablemente, el jefe es un tirano insoportable
Existe la posibilidad de que tu jefe directo tampoco se lleve bien con el suyo y por eso desquite todo su mal humor contigo. Tal vez la mejor manera de contrarrestar esta situación es intentando brindarle apoyo a tu jefe aprendiendo bien cuál es el objetivo y cómo encontrar una mejor manera para superar las expectativas en los resultados.
Otra situación complicada es recibir críticas de tu trabajo sin ninguna retroalimentación. Analiza tu trabajo y revísalo cuidadosamente para que seas tú quien pida algún consejo para poder mejorar.
En ocasiones, como empleados, podemos darnos cuenta de qué cosas están fallando y se nos ocurren grandes ideas para contrarrestar estos errores. Proponer tus puntos de vista puede ser una gran idea para que se soluciones las fallas y el ambiente de trabajo sea más agradable.
Es importante que analices las actitudes de tu jefe para determinar tu estancia ahí. No tienes por qué aguantar falta de respeto, porque aunque sea tu jefe y tu superior jerárquicamente, tiene que ser respetuoso y educado con todos sus colaboradores. No permitas la explotación, ni los pagos informales, ni que se desquiten contigo cuando las cosas salgan mal. Ten en cuenta que un trabajo es un intercambio, mas no un favor.