Somos seres emocionales, está claro. Pero muchas veces en el correr rápido de los días nos convencemos de ser prácticos y concretos, antes que de examinar nuestros sentimientos.
Rompe los patrones por un momento y solo entrégate a escuchar tus emociones. ¿Cuál es indicada escuchar? ¿Cuál es la que debes seguir? ¿Cuál de ellas es realmente de tu instinto, o son cosas que aún no has tratado, no has desenterrado y siguen ahí, dentro de tu corazón?
Quita el ruido de fondo y concéntrate. Crea un momento para escuchar tu corazón, solo por un minuto y continuar. Te conectará con tus sentimientos, ordenará esos pensamientos más veloces que tienes, automatizados a veces, y los nutrirá para bien. También te conectará más con tu cuerpo, contigo mismo.