El experto Salvador Benítez Hernández manifestó que no todo estrés es malo y lo importante es cómo canalizarlo y utilizarlo de manera provechosa para alcanzar los objetivos deseados.
El académico del Departamento de Psicología Aplicada del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la UdeG agregó que el estrés es parte de la vida de los seres humanos, los ayuda a sobrevivir, a mantenerse alerta ante amenazas y peligros.
Mencionó que una actividad deseada, agradable y placentera produce estrés positivo o eustrés.
Dijo que el estrés positivo también puede favorecer la armonía en las áreas biológica, psicológica y social, esto ocasiona que la persona esté más en sus cinco sentidos, con ganas de vivir, ya que las actividades que realiza son placenteras y le dan sentido a su vida.
Expresó que el estrés también ayuda al ser humano a superar una situación amenazante, evaluada como tal o que pone a la defensiva ante un peligro, y ayuda al ser humano a sobrevivir.
Añadió que, por el contrario, una actividad no deseada, desagradable, difícil y prolongada significa un estrés no saludable o nocivo, que podría generar depresión en la persona.
Detalló que el estrés variará de acuerdo a las personas, de su percepción y de la forma en que interpretan las consecuencias de una situación determinada, alguien puede enfrentarla con estrés positivo y otra con estrés negativo.
Subrayó que el estrés puede provocar sudoración de manos, activación del ritmo cardiaco, y la persona puede tener divagaciones o imaginarse situaciones que no van a suceder y segregar adrenalina o noradrenalina.
Precisó que el organismo humano tiene la capacidad de enfrentar el estrés, pero cuando este es intenso y prolongado (por varios días e incluso meses) desborda sus recursos para hacerle frente.
Indicó que el estrés en su estado crónico puede llevar al ser humano a la depresión, a la ansiedad y a situaciones límite que generen un paro cardiaco, o ser uno de tantos factores que orillen al suicidio.