Hay cientos de rumores, todos malos, acerca del consumo de carbohidratos y el aumento de peso. Pero los carbohidratos constituyen una fuente de energía, ya que al ingerirlos el cuerpo los convierte en glucosa, la que alimenta las células del cerebro y los músculos.
El consumo de carbohidratos no es lo que provoca el aumento de peso, sino el exceso de calorías que se ingieren. Las proteínas también incluyen calorías y los carbohidratos contienen menos que la grasa. Por ejemplo, combinar arroz con carne no está mal; sin embargo, debes vigilar las raciones.
Hay que evitar los de bajo valor nutricional y alto contenido calórico como pasteles, dulces, helados, chocolates y alimentos con exceso de azúcares refinados.
Qué cantidad debo consumir.
Aquí el secreto radica en tu edad, estatura y los hábitos de vida que llevas; es decir, en función del ejercicio o el desgaste diario energético que se realice. Si llevas una vida sedentaria lo mejor es iniciar algún tipo de actividad física.
Cómo debes consumirlos.
La pasta, que tiene muy mala fama de ser causante de rollitos en la cadera puede engordar menos que una carne. ¡Pero ojo! Si le agregamos aderezos o quesos con alto contenido en grasa y calorías, todo se echa a perder.
Deja de tenerle pánico al pan blanco.
Contiene casi las mismas calorías que el pan integral y es alto en fibra, lo cual resulta beneficioso para el organismo y ayuda a que el intestino funcione mejor. ¡Sólo no te excedas!
Revisa tu reloj.
La mejor hora para ingerir harinas y carbohidratos es por la mañana y a medio día, ya que de esta forma se activa el metabolismo y tienes horas suficientes para quemarlos.
Así que no renuncies a estos alimentos y busca modificar tu dienta incluyendo mas vegetales verdes y frutas asi como suficiente agua.