Ser excesivamente orgullosa puede ocasionarte muchos problemas en tu vida y se vuelve un obstáculo gigante en ámbitos importantes como las relaciones amorosas, el trabajo o la amistad. Al final, si no pones un alto o intentas reducir esta práctica, perderás a personas importantes en tu vida a las que sólo necesitabas demostrarles más o pedirles perdón.
1. Acepta que eres orgulloso: Como en todos los problemas, uno de los puntos principales y ciertamente más difíciles es aceptarlo. Es complicado asumir que cometemos algún errores, sin embargo en ocasiones puede ser preciso para salvar alguna situación. No tengas miedo a ser juzgado y permítete ayudarte.
2.- No siempre tienes la razón: Debes entender este punto a la perfección porque en ocasiones cerrarnos tanto con una sola idea puede conducirnos a perder la objetividad en diversos temas. Aceptar que existen personas que piensan y que ven la vida de manera diferente es bueno e incluso, si te lo permites, puedes aprender de ello.
3.- Ten sentido del humor: Evita hacer dramas de cualquier cosa e intenta reírte de lo que sucede en la vida. Relajarnos y no convertirnos en ogros puede ayudarnos a mejorar la forma en la que nos relacionamos con los demás, no conviertas tu vida en un drama y date siempre la oportunidad de conocer nuevas personas.
4.- No te sientas más que nadie: No seas inflexible y comprende que tus logros personales no te convierten en más, ni menos que nadie. Ayuda a la gente a mejorar y permítete tener errores, evita juzgar y aprende a valorar los alcances y esfuerzos de los demás.
5.- Aprende a pedir perdón: Cuando una persona ha fallado, lo mejor que puede hacer es disculparse e intentar redimir el error. Intenta hacerlo rápido y de corazón, ya que mientras más tiempo dejes pasar, únicamente lograrás que las situaciones empeoren.