Tinder es una aplicación en la que los usuarios suben sus fotos y una pequeña descripción para que los demás los conozcan, si hay alguien a quien le guste lo que ve solo debe deslizar la pantalla a la derecha y esperar a que esa persona también los elija para hacer match.
Sin embargo ver una foto no es suficiente, Lucy Brown, profesora en el Colegio Einstein de Medicina de Nueva York y coautora de varios trabajos sobre la neurobiología del amor romántico menciona que “los seres humanos están programados para juzgar a las personas después de verlas en movimiento en lugar de a través de una mezcla de imágenes y mensajes fijos en una pantalla”.
La investigadora dijo al diario BBC que “el cerebro humano está preparado para tomar detalles sobre la forma en la que alguien se mueve o la forma en la que sonríe. Lo que hace lógico conocerse a la mayor brevedad posible”.
Unas de las consecuencias de las aplicaciones de citas es que promueven relaciones de corto plazo y prometen una variedad ilimitada de aventuras amorosas, por lo que las personas ya no están pensando en una asociación a largo plazo.
De acuerdo con Bianca Acevedo, investigadora de la Universidad de California en Los Ángeles, los niveles de dopamina se elevan durante las primeras etapas de una relación, por lo que la gente se siente emocionada.
Esto es un gran estimulante para estar buscando frecuentemente nuevas relaciones, por lo que Brown invita a que conozcamos nuestro cerebro y nos hagamos conscientes de que la naturaleza nos descontrola, al igual que algunas apps de citas.
Notas de interés:
Cómo funciona el cerebro cuando nos enamoramos
Qué tipo de personas debes evitar en Tinder