Va más allá del famoso ghosting, o lo que es lo mismo: dejar de hablar y desaparecer de la vida de alguien sin explicación alguna. ¿Te suena? Pues el breadcrumbing es el siguiente nivel.
Un nuevo grupo (de patanes) se extiende a lo largo de la brecha entre los acosadores fronterizos y los ghosters. Se llaman breadcrumbers.
El término describe a aquellas personas que te contactan de forma intermitente para mantenerte interesada. Luego desaparecen y el ciclo comienza de nuevo. Te mantienen en el limbo, por si alguien mejor viene.
El peor tipo de breadcrumbing, es el que resurge cada seis meses y como el Monstruo del Lago Ness, casi no puedes creer que esta criatura ha vuelto a tu vida.
Los breadcrumbers dejan “migajas” de su cariño para que las recojas de vez en cuando de manera que no te olvides de ellos… y de que la relación no avance a ninguna parte. Súper enfermo.
“No quiero un amor a medias, rasgado, partido a la mitad, he luchado y sufrido tanto que me merezco algo entero, intenso, indestructible”.
-Frida Kahlo
Y como dice Estrellas rotas de Kalimba “Estuve a un paso de olvidar, estuve a un segundo de nunca más pensarte”. Es entonces cuando te escriben. O te llaman. O te coquetean sutilmente. Lo importante es “moverte el tapete”.
De acuerdo a The New York Times, “puede haber breadcrumbing cuando terminaste con alguien pero no quieres dejarlo ir; también se da como una manera de mantener a una posible pareja ‘en espera’ o cuando alguien no está realmente interesado en ti, pero quiere seguir siendo importante en tu vida”.
Como decía tu abuela “ni picha, ni cacha ni deja batear”. Es evidentemente una forma de manipulación emocional que te hace perder tiempo y te detiene de darle una oportunidad a otras personas (o a ti misma y a tu salud mental).
Para cerrar con broche de oro: Frida Kahlo, “No quiero un amor a medias, rasgado, partido a la mitad, he luchado y sufrido tanto que me merezco algo entero, intenso, indestructible”.