Muchas cosas nos hacen sentir culpables al accionar con respecto a nuestros amigos y familia, pero muchas de estas mismas situaciones no deberían generar esta especie de sentimiento en nuestra salud emocional ya que simplemente te estás guiando por tus emociones.
Debes encontrar en equilibrio entre ser cortés y seguir lo que realmente sientes. Por eso mismo hicimos una lista de algunas situaciones en las que no deberías sentirte culpable ya que simplemente estás de acuerdo con lo que realmente quieres, deseas y piensas.
– Decir no cuando lo sientas: Es difícil, lo sabemos, pero muchas veces es lo más sano. Decir que no usualmente se toma como una grosería hacia la persona que te pide que hagas algo, pero si realmente sientes que no deberías hacer o decir algo, no lo hagas, después lo agradecerás y te sentirás mejor de haber cortado con aquella situación.
– Consentirte con lo que te gusta hacer: Que si gastas mucho dinero en algo que realmente te gusta y parece un desperdicio, olvídalo, si trabajas para ello y te lo mereces, por qué no darte ese pequeño gustito que te traerá muchas alegrías.
– Renunciar a un trabajo que no te hace feliz: Si algo no te hace feliz, tienes oportunidad de rehacer tu situación. Es un mundo lleno de posibilidades, simplemente suelta lo que te hace daño y confía en que algo mejor está por ocurrir.
– Dejar a un lado la gente que no te hace bien: Tu ex te invita a salir y sientes que no puedes negar el que se vean, reconsidera esta decisión, ya que las personas tóxicas no te harán ningún bien a largo plazo, simplemente encuentra el momento y sé completamente educada al respecto.
– Expresar tu punto de vista: No te quedes callada si llegas a estar en desacuerdo con algo, respeta lo que sientes y exprésalo con libertad. Las personas reaccionarán con respecto si tu postura es firme.
– Comer lo que se te antoja: Engordar o no engordar, ese es el dilema. Solo comer con culpa, engorda, cuando realmente estás disfrutando de ese gusto culposo, no dejes que la culpa te retraiga y goza de la comida.
– Cancelar planes porque no tienes ganas: No te sientas forzada a salir con tus amigos, familia o relación solo para complacer a alguien más. Sé muy clara cuando realmente te sientes cansada y no tienes ganas de salir.
– Poner limites a los demás en tu vida: Considera cuáles son tus prioridades, analiza bien qué es lo que quieres, si eso mismo te lleva hacia adelante y si realmente estás dispuesta a entregarlo todo. Cada cabeza es un mundo y tú debes cuidar de ti siempre, como lo primero en tu lista.