Un día como hoy, pero de 1895 murió el químico y físico francés Louis Pasteur, conocido como el “padre de la microbiología” por sus importantes descubrimientos en torno a diversos campos de las ciencias , sobre en microbiología y en química.
Louis Pasteur nació en Francia en 1822, fue hijo de un curtidor y ex sargento de Napoleón. Gracias a sus aportaciones en microbiología, a este científico se le atribuye el surgimiento de los antibióticos, la esterilización y la clínica como métodos efectivos para la cura y la prevención de propagación de enfermedades.
En 1857 Louis Pasteur demostró que las infecciones están relacionadas con los microorganismos, que se pueden cultivar y, por lo tanto, estudiar. Años después, en 1880, comprueba que es posible protegerse de las enfermedades infecciosas mediante la inyección de gérmenes atenuados. Así es cómo surge la primera vacuna contra la rabia. Luego de muchos experimentos con animales, el tratamiento es aplicado a un humano, Joseph Meister, que había estado expuesto a la rabia y consigue salvarle la .
A él también se debe la técnica conocida como pasteurización. Louis Pasteur descubrió que en la fermentación intervenían dos organismos -dos variedades de levaduras- que eran la clave del proceso.
A continuación te presentamos 10 frases célebres de este importante científico:
1. En el campo de la investigación el azar no favorece más que a los espíritus preparados.
2. Quiero compartir con ustedes el secreto que me ha llevado a alcanzar todas mis metas: mi fuerza reside únicamente en mi tenacidad.
3. Los verdaderos amigos se tienen que enfadar de vez en cuando.
4. Desgraciados los hombres que tienen todas las ideas claras.
5. Las ciencias aplicadas no existen; sólo las aplicaciones de la ciencia.
6. No evitéis las dificultades a vuestros hijos, mas bien enseñadles a superarlas.
7. Los veterinarios lo tienen más fácil. Por lo menos, no son desorientados por las opiniones de sus pacientes.
8. La fortuna juega a favor de una mente preparada.
9. Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él.
10. No os dejéis corromper por un escepticismo estéril y deprimente; no os desalentéis ante la tristeza de ciertas horas que pasan sobre las naciones. Vivid en la serena paz de los laboratorios y las bibliotecas. Preguntaos primero: ¿Qué he hecho por instruirme? y, después, al ir progresando. ¿Qué he hecho por mi patria? Hasta que llegue el día en que podáis sentir la íntima satisfacción de pensar en que de alguna manera habéis contribuido al progreso y bienestar de la humanidad.