Las burkas, abayas, chadores y los burkinis son piezas de vestimenta con los que las mujeres que practican la religión del islam suelen ocultar sus cuerpo. La vestimenta de las mujeres musulmanas siempre ha sido un tema de debate en Occidente, desde las injusticias misóginas por tener que cubrir su cuerpo hasta la religiosidad de las prendas; crean un choque cultural en la sociedad que a menudo se interpreta como una opresión a la libertad femenina.
En los últimos años a pesar de las quejas de “islamofobia” en algunos países europeos por el uso de estas vestimentas; la moda a volteado a un público específico, a las mujeres que interpretan la fe a través de cubrir su cuerpo pero que tienen ganas de hacerlo con estilo.
A partir de esta tendencia se abre una gran mercado de oportunidad para los diseñadores de moda de las grandes casas. Y es por este motivo, que le han apostado a este mercado en la reciente Semana de la Moda Modesta que se llevó a cabo en la ciudad de Londres.
Moda islámica: Conservadora y tradicional
Ser una mujer “conservadora” o “tradicional” no tiene que estar peleado el derecho de sentirse hermosas con lo que están usando. Hoy en día las tendencias se cruzan para darles gusto de moda las mujeres musulmanas. Algo que hasta ahora estaba oculto bajos las abayas.
Desde hace un año Dolce & Gabbana le apostó al furor de este mercado con su línea de caftanes y velos. Aunque estaba orientada a las mujeres que practican esta religión, la colección iba más allá expectativas que habían ofrecido firmas como DNKY, Oscar de la Renta y marcas más accesibles como Mango, Zara, H&M o Uniqlo. Y es en este tipo de marcas al alcance de todos, donde se está generando el cambio. El ejemplo más reciente es Nike, el fabricante del primer hiyab de material deportivo. Campaña protagonizada por atletas musulmanas.
Desde hace algunos años las empresas de moda han empezado a producir ropa para estas mujeres ante el potencial del mercado. Tan sólo el año pasado los consumidores musulmanes fastaron 44.000 millones de dólares destinados a prendas de moda recatada. Lo que se piensa continuará en aumento y llegará a los 368.000 millones para el 2021.
Pero esto no sólo se trata de un jugoso mercado, sino también, apostarle a este tipo de mercado también es tema de inclusión social para las nuevas generaciones alrededor del mundo.