La vida de Hueso ha cambiado de 2010 para acá, fue rescatado en aquel año Basílica de Guadalupe y ahora él se ha convertido en un perro rescatista, la gente que lo conoce sabe que es distraído y juguetón, pero hoy hace una labor muy valiosa, intentando salvar la vida de las personas.
Junto con otros cinco perros, el pequeño Hueso es parte del Programa de Manejadores de Perros de Búsqueda y Rescate (PMPBR) de la UNAM y desde el primer día en el cual comenzaron las labores de rescate fue el primer elegido de la unidad 1.
En el pecho lleva puesto un chaleco que los distingue como voluntario de la Cruz Roja Mexicana.
Aprendió todo el oficio de rescatista y hoy es uno de los perros más avanzados de su unidad y lidera a un grupo conformado por “Gala”, “Baco” y “Cairo”, tres pastores belgas; “Geri”, pastor belga y “Mina”, que es una labradora.
Entre los 6 han hecho 10 labores de rescate, con una duración de 72 horas, desde el 19 de septiembre, fecha en la que sucedió el lamentable temblor, estuvieron ayudando junto con sus entrenadores en una zona habitacional de Lindavista.
Les abren paso cuando los ven llegar. No tienen miedo. Son héroes. #UnGOYApara los perros de búsqueda y rescate de la UNAM. pic.twitter.com/nonHKgdQrH
— UNAM (@UNAM_MX) 24 de septiembre de 2017