Para muchos, tener unos brazos fuertes es parte esencial de su imagen. Aunque a veces resulta un poco difícil llegar a nuestra meta, algunas veces porque la genética nos hizo una mala jugada o porque hacemos los ejercicios de forma equivocada.
Los músculos que componen nuestros brazos son el tríceps y el bíceps, el primero se encuentra en la parte delantera y el otro en la posterior. Por lo que deben de ser trabajados por igual para que no suframos de lesiones u otro tipo de complicaciones.
Muchas gente pasa interminables horas trabajando sus brazos en el gimnasio sin obtener resultados. Antes de que esto nos pase, es importante investigar al respecto de ejercicios alternativos que ayuden a aumentar el volumen, estimulen más los músculos y sean más sencillos.
La clave para hacer que el entrenamiento sea eficiente es el orden en que hacemos los ejercicios, alternando entre bíceps y tríceps. También se pueden intentar con estimularlos de forma indirecta, por ejemplo el tríceps lo podemos entrenar haciendo ejercicios de pecho y los bíceps cuando se trabajan los músculos dorsales. Cuando se entrena de esta forma , los músculos se estimulan con intensidad baja, lo que podría considerarse como un calentamiento. Para luego entrenarlos de forma específica y así potenciar los resultados.
Es importante que el bíceps se entrene justo después de haber trabajado el dorsal y el tríceps después de haber entrenado los pectorales. Lo recomendable para obtener buenos resultados es realizar dos ejercicios propios para cada grupo, en intensidad alta. Si sumamos esto al esfuerzo que ya hemos realizado indirectamente al entrenar el otro grupo muscular, tendremos un mejor resultado sin forzar demasiado al músculo.
Si luego de un tiempo de ejercitarte sientes que no obtienes resultados, lo mejor es que te asesores con un entrenador personal.