Investigadores de la Universidad de Washington confirmaron que dormir poco o dormir mal puede afectar la memoria e incrementar el riesgo de tener la enfermedad de Alzheimer al llegar a la tercera edad.
La científica e investigadora Yo-El Juh monitoreó junto a un equipo, durante dos semanas, a un centenar de personas de entre 45 y 80 años para tomar nota de cuánto y cómo dormían. El 25% de los participantes mostraron depósitos de proteína en el cerebro, claro signo de aparición de Alzheimer.
La falta de sueño también perjudica el desempeño cotidiano de las personas, causando irritabilidad, falta de concentración, poca empatía y dificultad del habla a mediano plazo.
Lo ideal es dormir entre 6.5 y 9 horas diarias.