Cuando nos enfermamos, nuestro sistema inmunológico inicia una batalla en contra de los causantes del padecimiento, lo que significa un gasto de energía. Por esa razón nos sentimos más lentos y cansados.
El hacer cualquier actividad extenuante cuando estamos enfermos puede ser peligroso si se sufre de problemas cardíacos. Pero no hay ningún problema si presentamos síntomas poco graves como nariz atascada o dolor de garganta.
Si los síntomas son fuertes como fiebre, congestión de pecho, calambres corporales, diarrea, vómito o mareos, lo mejor es descartar la actividad física por completo y descansar en cama. Nuestro cuerpo necesitará energía extra para combatir la enfermedad y por eso es muy importante descansar.