Ansiedad, dolor, nervios, estrés…la meditación es un método alternativo que nos sirve para combatir numerosos males que nos ahogan en el día a día.
Algunas formas de meditación ayudan a enfocar de una manera mucho más precisa nuestros objetivos, así nos resultará mas sencillo prestar atención a pensamientos, sentimientos y sensaciones y a analizaros sin ningún tipo de prejuicios.
Meditar nos ofrece múltiples beneficios para mejorar nuestra rutina. Estos ejercicios nos permiten regular muchos órganos y músculos a través de funciones como el latido cardiaco, la sudoración, la respiración y la digestión.
Antes de comenzar nuestro camino hacia la meditación y la relajación más trascendental debemos tener claros unos puntos que nos pueden ayudar a sacar el máximo provecho a estos ejercicios y abrazar la tranquilidad. Toma nota:
- Un entorno relajado: la meditación suele practicarse en un lugar tranquilo en el que se produzcan pocas distracciones. Algo que es de particular ayuda para los que se inician.
- Busca el confort: según el tipo de práctica, la meditación puede realizarse sentado, tumbado, de pie, caminando o en otras posiciones.
- Enfoca tu atención: centrar la atención es por lo general una parte de la meditación. Por ejemplo, la meditación podría centrarse en un mantra (una palabra o grupo de palabras elegido), un objeto o las sensaciones de la respiración. Algunas formas de meditación implican prestar atención a cualquier aspecto dominante de la conciencia.
- Sin prejuicios: mantener una actitud abierta durante la meditación significa dejar a las distracciones que vengan y vayan de forma natural sin juzgarlas.