El mundo de los piercings es como el mundo de los tatuajes: altamente adictivo. Una vez que uno comienza a perforar su piel se da cuenta que quiere más y más pendientes a lo largo y ancho de su cuerpo.
Aunque el piercing en las orejas es muy común y puede tener un menor riesgo que otro tipo de piercing en el cuerpo, aún pueden dar lugar a complicaciones si no se manejan bien.
En el portal de la Academia Americana de Dermatología han recogido distintas características y consejos que son positivos seguir para completar el proceso del piercing:
- Lavado de manos y guantes: antes de comenzar con el procedimiento, quien va a realizarlo debe lavarse las manos y ponerse guantes como hacen los médicos.
- Pendientes de alta calidad: los pendientes que se utilicen deben ser de acero quirúrgico, titanio u oro de 14 a 18 kilates.
- Dejar los pendientes en las orejas durante seis semanas o más, incluso por la noche.
- Girar los pendientes varias veces al día. Esto ayudará a mantener los agujeros realizados abiertos.
- Aplicar alcohol. Para ello se puede utilizar una bola o disco de algodón mojado en alcohol y limpiar con cuidado la piel alrededor de los agujeros dos veces al día para evitar los gérmenes y las costras.
- Aplicar alcohol. Para ello se puede utilizar una bola o disco de algodón mojado en alcohol y limpiar con cuidado la piel alrededor de los agujeros dos veces al día para evitar que se acumulen gérmenes y aparezcan infecciones.