El verano es sinónimo de fiesta, alegría, bonitos bronceados pero si uno no cuida ciertos detalles, estos meses pueden convertirse en un verdadero drama salpicado de ampollas y con cierto olor a piel quemada.
La diferencia entre un buen y un mal bronceado es la misma que la que hay entre la cerveza con y sin alcohol: sencillamente abismal.
Una mujer puede fijarse en tu piel dorada y sentir el rubor de la sensualidad en sus mejillas, ahora bien, si tu bronceado es un desastre esas mejillas se pondrán coloradas pero de aguantarse la risa.
Además, no solo tenemos que tener en cuenta el sentido estético. El sol, siempre que se tomen las medidas correctas, aporta múltiples beneficios para el cuerpo como la vitamina D tan necesaria para la asimilación del calcio.
Ahí van unos cuantos consejos para que no te derritas buscando el tostado perfecto:
- Ser consciente de tu tono de piel. Está claro que todos nos sentimos un poco más sexys en plan mulatazos. Ahora bien, si tu piel es como la de Diego Luna te será más fácil batir el record de los 100 metros lisos de Usain Bolt que terminar el verano como Craig David.
- Siempre con protección. No estamos hablando de sexualidad sino que seguimos con la cuestión del sol. Hay múltiples alternativas que se adaptan a tu tipo de piel, pero nunca debemos olvidar ponernos un poco de crema a la hora de tumbarnos a tomar el sol.
- Una piel limpia. Hay que cuidar de manera especial la limpieza diaria. Hay que eliminar cualquier impureza y el efecto de las cremas solares de efectos grasos y dejar tu piel libre de impurezas.
- Vigila tu alimentación. Las frutas y verduras de colores calientes (rojo, naranja y amarillo) potencian el efecto del bronceado. El aceite de oliva proporciona mayor brillo a la piel y el pescado azul y los frutos secos ayudan a mantener un bronceado duradero.
- Hidrata tu piel. Tras la exposición al sol llega el momento de nutrir a tu cuerpo de los alimentos necesarios para que no se quede seco. Cremas hidratantes te ayudarán a relajar a tu piel y prolongar y lucir un bronceado más uniforme.