Preparar una primera cita no debe ser algo que te cause estrés o conmoción. Es válido emocionarse y querer que todo salga perfecto, pero vamos, es un primer acercamiento. Recuerda que vas a comenzar a conocer a esa persona y no debes dar demasiados indicios de urgencia.
Lo primero que debes tomar en cuenta es el presupuesto. El objetivo principal es saber si existe química entre ustedes, por lo que pagar una cuenta jugosa no es la mejor opción. Resulta más beneficioso sentarse en un sofá con un café y conversar lo suficiente para conocer sus aspectos básicos.
Lo segundo es el factor tiempo. ¿Qué pasaría si la cita deja de gustarte? Si estás cenando, difícilmente podrás terminarla rápidamente. En cambio, si estás en un café puede terminar velozmente si así lo quieres. No olvides pedir de primero algo pequeño y conforme la cita esté teniendo éxito puedes pedir algo más.
Y por supuesto, algo importante de la primera cita es ver cómo ordena tu compañía. Podrás notar su educación, su estilo, la forma de dirigirse a los demás, y por supuesto, sus modales.
En conclusión, para una primera cita lo mejor es ir por un café. Te ahorrarás dinero, tiempo y podrás dedicarte a conocerla mejor. Si hay química, sabrás que puedes invertir más en un segundo encuentro.