Después de la euforia que se experimenta los primeros meses del enamoramiento, se estabilizan los sentimientos en la pareja, con la posibilidad de ver reducida la vida sexual si no se hace algo para remediarlo.
Esta es una serie de consejos para que tanto si está en una pareja estable como reciente te ayudarán a avivar la chispa de la pasión necesaria para tener una vida sexual sana y continuada.
No seas tímido, ponlos en práctica.. ¡y después nos cuentas!
- Trabaja en vuestros puntos fuertes: Si sois pareja es porque en un momento dado os reconocisteis como compatibles. No dejes que la rutina destruya vuestro vínculo, así que recuerda, identifica y refuerza los detalles que os unieron
- La comunicación es la clave: Tener una sana comunicación en la pareja ayuda a que ningún asunto sea invisibilizado por vergüenza o apatía. Esto no quiere decir que tengas que imponer tus criterios, muchas veces es mejor abrir bien las orejas y escuchar qué es lo que siente tu compañera.
- Un masaje hace milagros: Ya sea en los pies, piernas, manos, hombros o cabeza, el masaje es un intercambio corporal de información que destensa y desentumece los cuerpos después de un duro día de trabajo. Empieza practicando, y poco a poco le irás encontrando la técnica.
- Escríbele una carta: Si no te sientes seguro expresando tu sentimientos en voz alta, escribirlos ayuda a que los saques fuera de ti y puedan ser conocidos por tu pareja. Puedes comenzar dejando pequeñas notas cuando salgas de casa. Poco a poco, el cariño debe aflorar en ellas, creando un buen ambiente sin suspicacias.
- Cambia la excitación del ”yo” al ”nosotros”: Al encontrar puntos comunes en la expresión del deseo, la sexualidad se convierte en una práctica que se encuentra más allá de la búsqueda del placer propio, mejorando vuestra comunicación en la cama.
- No tengas ideas ilusorias sobre el sexo: La televisión muestra constantemente ejemplos del sexo que no se ajustan a la realidad, como la llegada simultánea de la pareja al orgasmo. Separa la realidad de la ficción y ajústate a la idea menos idílicamente deformada del sexo que conoces.