Una nueva forma de ver el fútbol, resultados increíbles con el Nacional y la entonces dirección técnica del Sao Paulo eran las cartas que referían a Juan Carlos Osorio como un hombre confiable para asegurar un buen paso del tricolor en la eliminatoria y así poder augurar buena Copa del Mundo en Rusia.
Hoy, casi dos años después de su llegada, podemos ver que el objetivo de estar en Rusia se está cumpliendo, que México sólo ha perdido cinco partidos con el colombiano y que se ha conseguido estar entre los ocho mejores de América en la Copa América Centenario, cuarto lugar en la Copa Confederaciones y semifinalista en la Copa Oro 2017 con un equipo suplente.
Si vemos lo número fríos, todo debería indicar que el proceso del ex Nacional no es nada malo, pero si vemos que tres de esas cuatro derrotas han sido en partidos de “matar o morir”, en donde México se ha quedado muy por debajo de las expectativas, además de sumar que el sistema de trabajo no ha terminado por convencer a todos, nos trae a esta situación.
La selección mexicana y Juan Carlos Osorio, esa es una pareja que se encuentra destinada al fracaso; los motivos son simples y variados:
Falta de entendimiento en el sistema.
Juan Carlos Osorio es un fiel creyente que un jugador debe cuidarse en el aspecto físico, por lo que no debe jugar dos partidos sin haber tenido al menos cuatro días de descanso, por lo que realiza las ya famosas rotaciones en el equipo mexicano. El problema es que los jugadores no terminan por entender su sistema por completo por la falta de juego en conjunto.
Necedad en las posiciones.
A la hora de hacer rotaciones, Osorio ha puesto a jugadores en posiciones que desconocen, por lo que ellos no saben cómo reaccionar ante una situación desconocida. El problema no es hacerlo una vez, sino que ha sido reiterado y en todas las ocasiones le ha fallado.
Falta de autocrítica.
Han existido partidos de la selección mexicana en los que el rival los ha superado, no solo en el resultado final, también en el funcionamiento deportivo. Tanto Osorio como los jugadores no han sabido reconocerlo posteriormente, por lo menos no abiertamente.
Jugadores sin relevancia mundial.
En México se tiene la idea de que el solo hecho de jugar en Europa te asegura un lugar en la selección mexicana, sólo por estar en un ambiente diferente, o por tener mayor exigencia, a veces sin importar que no tengan minutos de juego. Si se compara a la selección mexicana de la Copa Confederaciones con la de Chile que fue finalista, hay una notoria diferencia en el peso de cada uno de los jugadores en sus respectivos equipos.
Medios de Comunicación extremistas.
La prensa mexicana ha criticado en todo momento lo realizado por Juan Carlos Osorio, siendo muchos de ellos quienes tachan al colombiano de “vendehumos“.
Extranjeros en la Liga Mx.
Las adecuaciones de los reglamentos dentro de la Liga Mx han hecho que la liga local se encuentre infestada por extranjeros en sus diferentes equipos, sólo exceptuando al Guadalajara. Esto le ha quitado muchas oportunidades a jóvenes mexicanos, quienes tienen que buscar un lugar en el Ascenso Mx, sin tener mayor proyección.
Jugadores protegidos.
Los jugadores de la selección mexicana parecerían protegidos ante malas actuaciones o “malas rachas”, siendo convocados hasta cuando hacen las cosas mal. Los casos de Miguel Layún y Giovanni Dos Santos quedaron expuestos en la Copa Confederaciones.
Estos son solo algunos de los motivos por los que se cree que Juan Carlos Osorio y la selección mexicana están destinadas al fracaso en el mundial de Rusia 2018. Aunque falta saber si es que el técnico colombiano seguirá en el banquillo azteca el próximo año.