En diciembre se estrenó Black Mirror: Bandersnatch, algunos usuarios comentaron que podrían usarla como una herramienta para recopilar datos de los espectadores.
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Michael Veale, un investigador de tecnología y protección de datos en el University College de Londres, decidió estudiar si estas sospechas tenían fundamento.
Para ello ejerció su derecho a solicitar información sobre la recopilación de datos por parte de las empresas, amparándose en el Reglamento de protección de datos general (GDPR) de Europa.
Veale preguntó a los responsables de Black Mirror: Bandersnatch, qué uso habían dado a los datos de la interacción de los espectadores con la película.
Netflix mencionó que usó los datos para “determinar qué segmento de video reproducir” a continuación, pero también admitió que algunas de las decisiones de los espectadores las había almacenado para hacer “recomendaciones personalizadas” a los usuarios en sus “futuras visitas a la plataforma”.
Además Veale publicó Twitter el documento que le mandó Netflix, mostrando todas las elecciones que tomó mientras veía Bandersnatch.
Ha añadido que ha hecho más solicitudes a la plataforma, como por ejemplo que le muestren una “lista exhaustiva de propósitos específicos de procesamiento” de los datos en cuestión.