Kesha confesó que durante sus primeras horas de vida, los médicos se percataron que tenía un pequeño hueso que sobresalía de su espalda a la altura del coxis.
La protuberancia acompañó a la cantante durante unos solos segundos, fue extirpada inmediatamente.
La artista presume ser de las pocas personas que han nacido con cola.
Ojalá lo hubieran dejado ahí, porque ahora podría estar presumiendo sin parar de ser una mujer con cola. Cada vez que cuento esta historia me pongo muy triste, ya que no dejo de pensar en cómo sería mi vida si tuviera rabo, comentó Kesha a la revista Heat.